HISTORIA DE LA COMPUTACION
El eterno
afán del hombre por facilitarse la vida, hace que su ingenio invente y
diseñe artefactos, máquinas y sistemas que efectúen cálculos y realicen labores
que parecen sorprendente. La automatización consiste en remplazar al hombre
para la ejecución de una tarea, y se ha venido desarrollando casi a la par con
la historia de la humanidad.
El Cálculo
El ábaco
fue el primer instrumento creado (babilonia alrededor del año 3000 a. de C.)
Para mejorar los procesos de cálculos matemáticos de adición y sustracción.
Consistía en de barras y poleas con la que se podían efectuar diferentes tipos
de operaciones y cálculos aritméticos. El I-Ching, o libro de las mutaciones,
fue creada en china hacia el año 2000 a. de C., y aunque su función es
adivinatoria, se le considera la primera formulación del sistema binario.
Los
antiguos griegos son los antiguos precursores “occidentales” de la computación.
En la Ilíada, de Homero, se hace referencia a un autómata que ejecutaba
ejecuciones humanas. En roma se utilizó un instrumento similar al ábaco,
elaborado con piedrita llamadas “cálculos”, de ahí el nombre de la rama de la
matemática. Herón de Alejandría, experto en hidráulica, diseño un autómata que
simulaba ser un actor de teatro.
En el
siglo XVII, la revolución industrial trae consigo una alta gama de productos
comercializables, que hace evidente la necesidad de un sistema organizado de
estadística y control, pues se necesitaban nuevos instrumentos de cálculo. En
1622, un inglés de apellido Oughtred crea el instrumento conocido como regla de
cálculo, quien, recién inventados logaritmos, fabrico un dispositivo que
simplificaba la multiplicación y la división. Consistía en dos reglas graduadas
unidades que se deslizaban una sobre otra, y cuyo uso se extiende hasta épocas
muy recientes. El francés Blas Pascal fabrico, en 1642, la primera maquinas
sumadoras mecánicas, para ayudar a su padre, quien era importante financista a
llevar sus cuentas. Utilizó un engranaje con ruedas dentada como contadores. El
dispositivo llevaba una unidad automáticamente al llegar a las decenas y
también podía emplearse para restar, muy similar a lo realizado por Gottfried
Wilhelm Leibniz (1646-1716), que en 1671 desarrolló una máquina para
multiplicar. Se descubrió recientemente que Wilhelm Schickard (1592-1635),
graduado de la universidad de Tubigen (Alemania), construyo muchos años antes
que Pascal y Leibniz un dispositivo de semejantes características en 1623.
En
el año 1666, Samuel Morland introduce algunas mejoras a la maquina sumadora de
Pascal; este es un acontecimiento por cuanto Morland destaca que un dispositivo
físico puede hacer operaciones matemáticas hasta entonces exclusiva de la mente
humana. Paréntesis aparte, merece el francés Joseph-Marie Jacquard (1752-1834)
con su telar automático, que funcionaba repitiendo patrones de operación, de
forma constante, para controlar los diseños utilizados en los tejidos complejos.
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