viernes, 26 de febrero de 2016

¿Las zanahorias curan el cáncer?

           ¡Cuidado con los excesos!
L

os diarios publicaron una noticia interesante: el consumo de zanahorias puede prevenir el cáncer de la cabeza y el cuello. Nuevas investigaciones médicas sugieren comer cinco o seis zanahorias diarias puede revertir la leucoplasia, que es una lesión precancerosa de la boca y la garganta.
Mi amiga Judit compró una máquina que convertía las zanahorias frescas en jugo.
- ¿Cuánto jugo sacas de cincos zanahorias? -le pregunte.
- ¡Oh, no, escucha!  -contestó con entusiasmo-. Con esta máquina, puedo convertir dos o tres kilos de zanahorias en jugo y beberlo fresquito todo el día”.  


¿Era eso una buena idea?

Es verdad que las verduras y los tubérculos constituyen una parte importante de la dieta de saludable. Y también es cierto que cada vez se los aprecia más como articulo alimenticios con poder para poder prevenir la enfermedad.

¿Pero consumir diariamente tres kilos de un solo vegetal?

El cuerpo no aguantara más maltrato y finalmente se rebela. La piel se le pone amarilla y adquieres un aspecto enfermizo. Temiendo haber contraído hepatitis, una chica que hizo esto corrió al consultorio médico. El facultativo le explico que las zanahorias contienen un pigmento amarillo-anaranjado llamado beta-caroteno.  
El cuerpo usa cantidades razonables de esta sustancia, pero el exceso se almacena en el hígado, la piel y las mucosas, y los tiñes de color zanahoria.
¿Le sirvió de lección esa experiencia?
Solo por corto tiempo. Sucede que nosotros los humanos somos irremediablemente curiosos. Los descubrimientos anunciados en forma sensacionalista y la solución rápida a problemas complejos de salud resultan irresistible. Después de su aventura con las zanahorias, Judit se enamoró de sal-vano o afrecho de avena. Sin embargo, tras ingerirlos en varios meses en forma de gachas (salvado preparado con leche o agua endulzarlo) y panecillos, estaba deseosa de introducir un cambio.

¿Protegen realmente las zanahorias contra el cáncer?

Las zanahorias, lo mismo que otras verduras y frutas amarillas, abundan en beta caroteno, la sustancia que tiñó la piel de Judit. El betacaroteno, que el cuerpo convierte en vitamina A, es también una sustancia que protege contra ciertos canceres.
Las vitaminas pueden dividirse en dos clases básicas: las que se disuelven en agua y las que se disuelven en grasa. Las vitaminas solubles en agua (complejo B y C) no causan ninguna preocupación, porque las cantidades excesivas ingeridas se eliminan por la orina.
Pero las vitaminas solubles en grasa (A, D, E, y K) tienen historia. El exceso ingerido puede eliminarse únicamente a medida que el organismo las usa. El exceso de vitaminas A comienza a actuar como toxina o veneno, y puede causar dolores de cabeza, dolores en las articulaciones, daño en la piel perdida de cabello. Debido a esta toxina potencial, la ley limita cantidad de vitaminas solubles en grasa, que los fabricantes pueden incorporar en los alimentos para enriquecerlos.

Pero se considera que el betacaroteno puede sintetizar la vitamina A que necesita y el resto lo usa de otros modos. Por eso hoy existe la tendencia de usar betacaroteno en lugar de vitaminas A. se puede comprar cápsulas y tabletas hasta de 25.000 unidades de betacaroteno en la farmacia y productos para la salud.   


*Los medicamentos no deben considerarse el único recurso para corregir ciertas anomalías 

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